Gregorio se va y no deja grandes cuentas bancarias, ni grandes coches, ni empresas.
Gregorio pasó por la vida humildemente y así nos deja, pero nos deja algo más valioso que todo esto que he mencionado. Nos deja valores.
En un momento donde parece que la fuerza prevalezca sobre la libertad y respeto por las personas, pueblos y culturas, Gregorio nos ha enseñado con su ejemplo a querer, respetar y tener siempre presente a todo el mundo.
A querido a su familia y aquellos que nos hemos incorporado más tarde, brindadonos todo su amor como si fueramos sus propios hijos.
A Gregorio no le tenias que pedir, solo insinuar.
Aguardanos donde sea Gregorio... mientras, nos vemos bajo el gran arbol de la montañeta o los olivares de casa.
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